El fortalecimiento de las capacidades productivas de los caficultores de nuestras organizaciones socias y el aumento de la rentabilidad del cultivo para la sostenibilidad de sus familias, son pilares fundamentales del trabajo que realizamos en CAFENICA.

Por eso, y en la búsqueda de consolidar conocimientos para el manejo sostenible de los cafetales, desde el año 2016  incorporamos como una de nuestras principales estrategias el establecimiento de parcelas demostrativas en las fincas de algunos de nuestros productores y productoras de café. 

Nuestra visión es que estos modelos, además de favorecer la renovación de los cafetales, nos permitan conocer el comportamiento de nuevas variedades híbridas de café. Sobre este tema, Yader Obando, productor de la Cooperativa Julio Hernández, asociada a Soppexcca y encargado del seguimiento de la parcela de la productora Ernestina Villagra Castro, comentó: 

“Ya se debe de ir trabajando con variedades que sean altamente resistentes porque con la situación del Cambio Climático muchas enfermedades en los cafetales que antes tenían un bajo índice, con el cambio de la temperatura  pues han surgido con mayor relevancia, entonces para nosotros es muy muy importante tener estas parcelas demostrativas, donde tenemos variedades que se adapten a la zona, y que por ende el productor anda buscando siempre, variedades que sean menos enfermosas pero que también tengan gran rendimiento y calidad”.

Estas parcelas se han diseñado como sistemas agroforestales en los que se realizan prácticas productivas sostenibles, que favorecen la mitigación de los efectos del Cambio Climático, como la siembra de contorno para la conservación del suelo, aplicación de abonos orgánicos mineralizados, aplicación de caldos minerales, incorporación de mulch y la renovación de cultivo en asocio con leguminosas, maíz y frijol, que además de generar sombra temporal, funcionan como barreras vivas y  diversifican la producción,  asegurando la alimentación de las familias caficultoras. 

Gracias a estos  espacios de intercambio, que funcionan como pequeñas escuelas de campo, promotores, técnicos, productores y productoras de las cooperativas asociadas, monitorean y registran los resultados obtenidos en cuanto a rentabilidad y rendimientos de las nuevas variedades introducidas y la efectividad de las prácticas orgánicas implementadas. 

Cada año se establecen los costos de insumos y mantenimiento, así como la rentabilidad del ciclo productivo. También, para determinar la calidad en la taza, anualmente, se realiza la evaluación sensorial de muestras de café de las diferentes variedades, mediante la catación”, comentó el ingeniero Henry Mendoza, nuestro coordinador técnico. 

Las parcelas demostrativas han favorecido el intercambio de experiencias entre los productores, quienes han logrado identificar los problemas que pueden afectar la calidad del café que producen, por esto,  se han convertido en una de las estrategias más completas y efectivas en la construcción de resiliencia para lograr la sostenibilidad de su producción y por ende de sus familias.